El radical correntino Eduardo Vischi comandó la resistencia contra el intento del kirchnerismo para interpelar a Karina Milei, con el objetivo de detonar la sesión y evitar que se sancione Ficha Limpia.
El jefe del bloque UCR se opuso a tratar la iniciativa sobre tablas y volvió a salvar al gobierno, como cuando votó contra la creación de una comisión investigadora que él mismo impulsaba. “Nos interesaría que haya un tratamiento en la comisión, creo conveniente que podamos avanzar en un pedido de informes”, se excusó este miércoles.
El líder del interbloque de Unión por la Patria, José Mayans, reclamó “la presencia de la secretaria general del Poder Ejecutivo”, aunque reconoció que “ella no habla”.
Para fundamentar su pedido, recordó el paso del jefe de Gabinete, Guillermo Francos, por la Cámara de Diputados, donde no respondió nada de lo que preguntaron los legisladores: “Hay que citar a las personas que directamente tuvieron participación en el hecho y una de ellas es la secretaria general”, sostuvo el formoseño.
También exigió la presencia del ministro de Economía, Luis Toto Caputo. “Fue partícipe de la estafa”, señaló.
Antes que Vischi, el jujeño Ezequiel Atauche adelantó que los libertarios no acompañarían la moción de Mayans pero aclaró: “Si en algún momento quieren pedir algún informe a través de la comisión, estamos de acuerdo”.
UN JOYSTICK EN LA ROSADA
A esa propuesta se subió Vischi. Fuentes de la UCR en el Senado deslizaron a que al correntino “lo manejan con un joystick desde la Rosada”.
De hecho, un senador aliado admitió que “hubo una intervención” desde Balcarce 50 para frenar la jugada del peronismo. “El Kremlin no quiso subirse”, dijo en referencia a la tropa de Santiago Caputo.
Lo curioso es que los senadores peronistas promovieran las interpelaciones a Karina y Caputo, a la que luego Oscar Parrilli sumó la de Luis Petri, sin haber testeado el apoyo que podían obtener en las bancadas aliadas del oficialismo, ni mucho menos garantizárselo. Los miembros de UP no respondieron a las consultas de los medios sobre la existencia de un sondeo previo o la decisión de arrojarse al recinto sin otro plan que el de generar un desorden que entorpeciera la sesión.
Las espadas parlamentarias de UP pretendían empujar en el recinto “una decisión salomónica”. “Si ellos se meten con Cristina, nosotros nos metemos con ellos”, llegaron a decir desde un despacho kirchnerista.
(Diario Norte).