Durante una reciente visita del gobernador Gildo Insfrán a comunidades del interior de Formosa, pueblos originarios aprovecharon el acto político en la localidad de Pozo de Maza para visibilizar una problemática histórica: la falta de acceso al agua potable. En medio de la campaña electoral, líderes originarios expresaron su malestar por lo que consideran una deuda estructural del gobierno provincial por décadas.
Un video que se viralizó en redes sociales muestra a miembros de pueblos originarios increpando al mandatario con una frase que resonó con fuerza: “Cuando quiere votas nomás viene”. El reclamo, directo y cargado de frustración, expone la persistencia de una situación crítica que afecta a numerosas comunidades desde hace décadas.
En su discurso, Insfrán intentó calmar los ánimos asegurando que “la solución está en camino” y prometió que “pronto llegará el agua potable”. Sin embargo, sus palabras no lograron disipar el descontento. Cabe destacar que el gobernador lleva más de 40 años en funciones, sumando su tiempo como vicegobernador y gobernador, y la problemática del acceso al agua sigue sin resolverse en gran parte del interior provincial.
El contraste con la provincia vecina del Chaco es notorio. Allí, ya se proyecta la construcción de un segundo acueducto destinado a abastecer de agua potable a las comunidades del interior y fortalecer la producción regional. Esta iniciativa marca una diferencia significativa en la gestión del recurso hídrico entre ambas provincias del norte argentino.
La escena en Formosa refleja no solo el reclamo por un derecho básico, sino también el desgaste de una dirigencia que enfrenta cuestionamientos cada vez más visibles. En tiempos de campaña, las promesas vuelven a circular, pero para muchos, el agua sigue siendo una promesa postergada.
