Formosa atraviesa una profunda crisis en el sector turístico que involucra a hoteleros, gastronómicos, transportistas y comerciantes locales. Según un relevamiento reciente, durante las vacaciones de invierno la ocupación hotelera apenas alcanzó el 20%, una cifra que refleja la continua caída en la llegada de visitantes a la provincia.
En los últimos tres años, cerca de diez hoteles han cerrado sus puertas, seis de ellos en la ciudad capital y los restantes en el interior provincial. La falta de iniciativas privadas que promuevan el turismo interprovincial ha frenado el desarrollo local, mientras que el Estado provincial no logra activar políticas que posicionen a Formosa al nivel de otras provincias vecinas como Corrientes, Chaco y Misiones.
El sector gastronómico se sostiene únicamente con el consumo de los residentes, muchos de los cuales dependen de salarios provinciales bajos. Esta situación limita su poder adquisitivo y repercute negativamente en bares, restaurantes, y el resto del sector comercial.
Comerciantes del centro formoseño advierten que muchos potenciales clientes provenientes del interior y de provincias vecinas prefieren realizar compras en Alberdi, Paraguay, lo que genera un flujo económico hacia el país vecino y deja a los comercios locales con ventas escasas, excepto en la primera semana de cada mes, cuando se abonan los sueldos provinciales.
Este escenario evidencia una crisis estructural en el turismo formoseño, por lo que se hace urgente que las autoridades provinciales como el Ministerio de Turismo que depende del gobierno de Insfrán impulsen estrategias concretas para fortalecer el sector privado, promover el desarrollo económico y generar nuevos puestos de trabajo.