El candidato a concejal por la “17 Militante” quien acompaña a María del Carmen “Petu” Argañaraz referente de la agrupación “Compromiso Formoseño” del sector del gobernador Gildo Insfrán tiene construida un particular chalet en el barrio Nueva Formosa, nada menos que con dos viviendas sociales del IPV.
Evidentemente la relación con los recursos públicos del IPV, los que ahora aprovecha para enripiar calles junto a Argañaráz para promocionarse, también lo han favorecido siendo empleado bancario, no con una vivienda en el barrio Nueva Formosa, sino con dos.
Claro, como lo que debe pagar con la cuota de recupero debe resultarle muy barata, con cargos gerenciales dentro del banco y con el sueldo como concejal, y la simpatía del gobierno de Insfrán, seguramente los aprovecha para convertir una vivienda social en un chalet bacán, con pileta, quincho, cancha de fútbol cinco, ingresos por las dos calles. Un chiche costoso para un candidato que se manifiesta protector de los pobres.
Nada nuevo bajo el sol porque hay hasta jueces habitando viviendas del IPV, pudiendo tranquilamente acceder a créditos hipotecarios, más aún en el caso de Marcelo Sosa, que seguirñia cobrando como empleado en un banco privado y que aparte se hace de fondos extras en las más de seis campañas que ha realizado como candidato y que sólo una ganó.
No solo ha quedado muy mal él, sino que arrastra a su cabeza de fórmula, repartiendo escasez a los sectores más vulnerables y aprovechando recursos destinados a los desplazados del sistema, para él mismo y su compañera de fórmula Petu Argañarazz, con la transformación de una o dos viviendas nacionales y populares en un chalecito no para todos y todas sino para pocos y pocas, eso si, con plata de todos los formoseños.