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Con sueldos por debajo de la línea de pobreza: Policía fue captado retirando ayuda alimentaria de un comedor comunitario y habría más casos

La situación económica de Argentina atraviesa uno de sus momentos más críticos, marcado por el despilfarro y las políticas populistas que han llevado al país a un estado de empobrecimiento generalizado. Más del 50% de la población vive en la pobreza, una cifra alarmante que refleja la gravedad de la crisis.

En Formosa, la realidad no es diferente. Cerca del 80% de la clase trabajadora depende del estado provincial para subsistir, lo que convierte a la provincia en un microcosmos de la dependencia estatal que caracteriza a muchas regiones del país. La población recurre cada vez más a las asistencias sociales y alimentarias para sobrevivir, una situación que se ha vuelto insostenible.

Recientemente, una publicación de la concejal Teresa Galván, del gildismo, puso en evidencia la magnitud del problema. Durante una jornada de asistencia alimentaria en el barrio Nueva Pompeya, las cámaras registraron a un policía retirando alimentos mientras estaba uniformado. Este hecho se viralizó rápidamente, revelando también el caso de otro agente del barrio Vial que recibe alimentos de comedores comunitarios, los cuales son retirados por su concubina para subsistir. Denuncias similares han surgido en los barrios San Juan, Lote 111 y Lisbel Rivira, donde familias de policías también dependen de la ayuda alimentaria.

Estos casos abren un debate crucial sobre las condiciones de vida de los empleados públicos en Formosa, quienes perciben salarios por debajo de la línea de pobreza. Según las últimas encuestas del INDEC, el 70% de los formoseños son pobres o indigentes, y en la capital provincial, el 65% de la población se encuentra en esta situación.

La dependencia del empleo público y las asistencias sociales no solo refleja la precariedad económica, sino también la falta de oportunidades en el sector privado. La elevada cantidad de empleados públicos en Formosa, la más alta del país en relación a su población, es un escudo frágil contra la pobreza que no logra resolver los problemas estructurales de la economía.

En conclusión, la situación en Formosa es un reflejo de la crisis económica heredada por gobiernos populistas en la Argentina, y de casi 30 años en el poder del modelo denominado “Modelo Formoseño”. La dependencia del estado y las políticas populistas han llevado a una situación insostenible, donde la pobreza y la indigencia son la realidad diaria para la mayoría de la población. Es urgente un cambio de rumbo que permita generar empleo genuino y reducir la dependencia de las asistencias sociales para construir un futuro más próspero y equitativo.

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