Un profesor de química de la ciudad de Santa Fe fue condenado en la Justicia de Santa Cruz por haber ayudado a un narco santafesino a estirar cocaína que era enviada en tachos de pintura a la Patagonia.
Se trata de Sergio Raúl Amer (58), quien en 2021 fue detenido en el marco de la “Operación Blanco Pintor” que se tramitó en la Fiscalía Federal de Caleta Olivia y que desarticuló un entramado narco compuesto por varios santafesinos y santacruceños.
El reciente fallo al que tuvo acceso AIRE, y que lleva la firma del juez Luis Alberto Giménez, impuso al químico Amer una pena de dos años de prisión en suspenso y lo declaró, en el marco de un juicio abreviado, participe secundario de la modalidad de transporte y comercialización de estupefacientes.
Por los mismos cargos, pero en calidad de autor, fue sentenciado a seis años de prisión el santafesino, el santafesino Matías Exequiel “El Tatengue” Blanco, que fue procesado en la causa como el organizador y el encargado de la logística de los envíos de tachos de pintura a la Patagonia.
La resolución, en tanto, condenó a la pareja de Blanco al momento de la causa, Elizabeth Noemí Schaller; y Paola Blanco, hermana del “Tatengue”. Ambas fueron sentenciadas a tres años de prisión en suspenso. Por último, recibieron condenas Matías Jesús Godoy y Milton Contreras, implicados en la trama narco.
De Caleta a Santa Fe
La causa contra el químico Amer se conoció en 2021, cuando el santafesino quedó en el radar una investigación instruida en la Justicia federal de Caleta Olivia, que comenzó a partir de escuchas a vendedores al menudeo de las localidades de Perito Moreno y Los Antiguos de la provincia de Santa Cruz.
En esas escuchas, los investigadores detectaron que el proveedor era un hombre llamado Matías Blanco (35), que le decían “Tatengue”, con residencia en la ciudad de Santa Fe y que había vivido en la provincia patagónica. Intervenido su teléfono, los detectives del caso descubrieron que Blanco tenía sus proveedores y que la cocaína adquirida la camuflaba en tachos de pintura que luego enviaba, a través de un servicio de encomiendas, al sur del país.
Las ganancias, por su parte, Blanco las cobraba por medio de transferencias que le hacían los vendedores de Santa Cruz, sindicados en la causa, como el eslabón inferior de la cadena narco descubierta.
El químico y su estiramiento
La vinculación del químico santafesino con el caso surgió a partir de que la Justicia detectó, el 5 de mayo del 2021, que Blanco se contactó con Amer para ofrecerle un “trabajito” por lo que ambos pautaron encontrarse en una estación de servicio de bulevar y 25 de Mayo de la ciudad de Santa Fe.
Dicho “trabajito” tenía como eje que el profesor de química, domiciliado en el barrio Villa Setúbal de Santa Fe, prestara sus conocimientos técnicos y científicos para el estiramiento de la cocaína que Blanco conseguía de sus proveedores y que luego enviaba a la ciudad de Caleta Olivia.
Tras el seguimiento de las escuchas, los investigadores interceptaron, el 18 de mayo del 2021, una encomienda con tres tachos de pintura despachada dos días antes en la terminal de ómnibus de Santa Fe por Blanco y que contenía un más de un kilo de cocaína y 700 gramos de marihuana. Tal secuestro se dio en un centro logístico de Pablo Nogues, en el partido de Malvinas Argentinas de la provincia de Buenos Aires.
Ante el hallazgo, la entonces jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yáñez, ordenó la ejecución de 14 allanamientos en Santa Fe y la región para desbaratar la organización y detener a Blanco, sindicado como el principal cabecilla y el químico Amer, señalado en su momento como un “colaborador” valioso del entramado narco. (Aire de Santa Fe).