En la provincia de Formosa, los funcionarios del gobierno, tanto de primera, segunda y tercera linea, son beneficiados con camionetas 4×4, bales de combustible, viáticos entre otros bienes, y con recursos del estado. En las últimas horas se conoció el caso de una maestra que camina 17 kilómetros diarios para dar clases.
Cada vez que llueve el deplorable estado de las rutas provinciales condena a los docentes rurales a caminar por un lodazal varios kilómetros como Sady Sosa que tuvo que hacer una larga caminata desde Pozo Sargento hasta Pozo de Maza. En el medio de su recorrido se encontró con una ambulancia chupada por el barro y un chofer esperaba ayuda hace más de cuatro horas.
La docente relató a un medio local una realidad que se repite a lo largo y a lo ancho del territorio formoseño: “Desde Ingeniero Juárez vine a dedo, la persona que me llevó me dejó en el cruce de Pozo Sargento, a 17 kilómetros aproximadamente de Pozo de Maza, localidad a la que tenía que llegar por el barro”.
“Me bajé de la camioneta y entré a caminar por el barro, fueron varias horas las que caminé por el barro. En esto me encontré con la ambulancia, estaba desde las 12 del mediodía y eran las 17 horas y el chofer estaba esperando todavía que vayan a ayudarlo”, agregó.
Sady señaló que la ambulancia estaba “totalmente enterrada, chupada por el barro, imposible sacarla con pala como se ve en la foto que lo intentamos, había ahí una pala”.
“Ese día se me hizo la noche en el camino de vuelta, llegué a las 20:30 a Pozo de Maza y al otro día me tocaba volver a caminar nuevamente esos 17 kilómetros pero justo pasaba un colega en moto que me acercó hasta la escuela”, comentó.