Con el el título ‘La Argentina feudal: quiénes son los gobernadores e intendentes que llevan décadas en sus cargos’, el portal de noticias Infobae informó y denunció periodísticamente de reelecciones indefinidas, sucesiones familiares en distritos con alta pobreza y dependencia económica de fondos nacionales.
En dicho informe nombraban a varios gobernadores, intendentes y del kirchnerismo. Uno de los nombres que se destacaban era el gobernador de Formosa, Infobae señalaba:
La Formosa de Gildo
Si bien Insfrán ya era señalado como uno de los mandatarios que se había eternizado en el poder con un férreo patriarcado con el que se manejó en sus siete mandatos consecutivos, la pandemia expuso a este referente peronista como uno de los gobernadores más cuestionados del país por el “estado de excepción” que instauró en Formosa. Su mano de hierro en las restricciones por el Covid-19, que le valió numerosas denuncias por violaciones a los derechos humanos por las condiciones instauradas en los centros de aislamiento sanitario y le costó la vida a familiares desesperados por ver a sus seres queridos, llegó hasta la Corte Suprema y tribunales internacionales.
Insfrán acumula 28 años en la gobernación de esa provincia norteña, y otros 8 previos como vicegobernador, cargo al que llegó en 1987. En total, 36 años consecutivos en la cima del poder provincial, el período más largo ejercido desde el regreso de la democracia por un mismo mandatario provincial.
Aunque su discurso en los 90′ era menemista, cuando fue elegido por primera vez en Formosa, su apoyo al peronismo mutó como el propio movimiento: fue duhaldista y luego kirchnerista. Los representantes de Formosa en el Senado siempre apoyaron al peronismo en todas sus facetas. El senador formoseño José Mayans es el presidente del bloque kirchnerista Frente Nacional y Popular en la Cámara alta.
Durante los últimos cinco comicios para gobernador, Insfrán superó el 70% de los votos. “Lo de Formosa no ocurre en ningún lado del mundo. Cuesta creer que una provincia tan retrasada tenga a su gente tan conforme como para que vote siempre al mismo gobernante. Es un ejemplo de cómo el extremo rentismo crea las condiciones para que un partido, persona o familia genere dependencia económica extrema”, advierte Gervasoni. En la provincia, de cada 1000 habitantes, 64 eran empleados provinciales en 2021, según datos de la cartera de Economía nacional.
Desde que asumió, este caudillo formoseño de profesión veterinario fue denunciado por distintos tipos de delitos, desde corrupción hasta falta de libertad de prensa. También fue acusado de disciplinar a la justicia provincial, que nunca avanzó en las investigaciones en su contra a lo largo de estas décadas.
Su poder fue creciendo con el paso de los años, pero la calidad de vida de los formoseños no mejoró: en la provincia hay 24,4% de personas por debajo de la línea de pobreza, y 8,6% por debajo de la indigencia, según los datos del INDEC para el conglomerado del Gran Formosa.
Las acusaciones por clientelismo político y falta de libertades esenciales se multiplican y aparecen como las principales justificaciones opositoras de su repetido éxito electoral.