En una curiosa contradicción entre discurso político y acción cultural, el Mercado Comunitario de Emprendedores abrirá sus puertas este fin de semana en el Galpón “G” del Paseo Costanero, con una temática inspirada en Halloween, la tradicional festividad estadounidense. El evento, organizado por la Subsecretaría de Empleo de la provincia, dependiente del Ministerio de Economía, busca promover y fomentar la cultura estadounidense.
La actividad comenzará el sábado 1 de noviembre a las 18 horas y se extenderá hasta las 23, con entrada libre y gratuita. El espacio estará ambientado con decoraciones típicas de Halloween, incluyendo disfraces, calabazas y música alusiva, lo que representa una clara referencia a la cultura norteamericana.
Lo llamativo es que el gobierno provincial ha sostenido históricamente una postura crítica hacia el modelo capitalista y la influencia de Estados Unidos en América Latina. En discursos públicos y declaraciones oficiales el gobernador Gildo Insfrán se ha manifestado en favor de un modelo económico socialista, con énfasis en la soberanía popular (pobres) y el rechazo a las políticas neoliberales promovidas por Washington.
Sin embargo, esta actividad que adopta símbolos y costumbres propias del imaginario estadounidense parece contradecir esa línea ideológica. Halloween, aunque originalmente de origen celta, se ha convertido en una celebración global gracias a la expansión cultural de Estados Unidos, y su uso como temática central en un evento estatal genera interrogantes sobre la coherencia entre el discurso político y las acciones culturales del gobierno.
La Subsecretaría de Empleo destacó que el objetivo principal es fortalecer el ecosistema emprendedor local, brindando visibilidad y oportunidades de comercialización a quienes apuestan por la producción artesanal y el trabajo independiente. En ese sentido, el evento se enmarca dentro de una política de impulso a la economía popular, aunque esta vez con un envoltorio cultural que remite directamente a Estados Unidos.
Este cruce entre política y cultura deja abierta la reflexión sobre cómo los símbolos y celebraciones extranjeras son adoptados, reinterpretados o incluso instrumentalizados en contextos locales que, al menos en lo discursivo, se oponen a sus orígenes ideológicos.
