Una mujer artesana oriunda de la localidad de Las Lomitas vivió un momento de frustración al intentar comercializar sus productos en la ciudad de Formosa. La emprendedora había decidido aprovechar el último fin de semana del receso invernal para ofrecer sus creaciones hechas a mano, buscando visibilidad y oportunidades de venta.
La artesana se instaló en el sector de la costanera, detrás del edificio de Prefectura y en las inmediaciones del Bar Alma Verde. Allí, colocó cuidadosamente sus productos sobre el césped con la intención de acercarlos a los visitantes que paseaban por la zona. Sin embargo, su iniciativa fue interrumpida por miembros de la guardia policial de la costanera, quienes le informaron que la venta ambulante está prohibida en ese sector.
Este episodio, ocurrido el sábado, pone de relieve la tensión que a veces surge entre las regulaciones provinciales y el impulso de los emprendedores por buscar nuevos espacios de comercialización. La mujer, que había viajado desde Las Lomitas con la esperanza de ofrecer lo mejor de su arte, debió retirar sus productos sin poder concretar ninguna venta.
Su caso ha despertado el interés de quienes ven en la artesanía local una fuente de identidad cultural, económica y comunitaria. Es importante destacar que meses atrás una joven también vivió una experiencia igual cuando ofrecía la venta de chocolates por el día del padre de manera ambulante en el sector de la costanera y los uniformados le habían invitado a que se retire del lugar notificando que está prohibido la venta en ese sector de la ciudad.