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Formosa entre la pobreza estructural y la oportunidad del cambio: Recibir la bolsita de mercadería y votar algo diferente en el cuarto oscuro

Como en cada año electoral, Formosa vuelve a vivir una campaña teñida por el uso de recursos estatales con fines políticos. Bajo la conducción de Gildo Insfrán, el oficialismo despliega una estrategia que, según múltiples voces críticas, utiliza la asistencia alimentaria como herramienta para captar votantes en barrios profundamente empobrecidos. En lugares como Villa Lote 111, Lisbel Rivira y El Porvenir, entre otros, miles de ciudadanos viven bajo un sistema de dependencia estructural, con escasas o nulas oportunidades laborales, productivas o industriales.

La entrega de mercadería (bolsitas con productos básicos) se convierte así en símbolo de una relación desigual entre el Estado y los ciudadanos: el recurso de la urgencia frente a la ausencia de desarrollo. Quienes acceden a trabajos en la administración pública suelen hacerlo con remuneraciones mínimas, y fuera de horario son presionados a militar en actividades del oficialismo. Es una dinámica que reproduce la exclusión bajo una aparente inclusión.

El éxodo es elocuente, según el senador Francisco Paoltroni, más de 120.000 formoseños dejaron la provincia en busca de una vida más digna. Quienes se quedan, muchas veces lo hacen atrapados por la imposibilidad de acceder a un techo propio, a un empleo o a la esperanza de progreso.

Pero este domingo 29 de junio, hay algo que ninguna estructura puede controlar, la conciencia individual. En el cuarto oscuro, cada ciudadano estará a solas con su decisión. Recibir mercadería no es delito. El dilema ético surge después, ¿seguiremos intercambiando votos por necesidades? ¿O estaremos a la altura de este momento histórico, como lo han hecho provincias vecinas, para empezar a construir un futuro distinto?

La boleta es apenas un papel, pero lo que representa puede marcar el rumbo de las próximas generaciones. Porque cambiar no es traicionar, es atreverse a imaginar una Formosa donde vivir con dignidad no sea un privilegio, sino un derecho.

(Por Paula Garcia).

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