Los números de Santa Fe y Rosario en relación al consumo a nivel nacional pican en punta mediante productos tradicionales o de opciones más innovadoras. Se estima que cada argentino consume un promedio de 46 litros de soda o agua con gas por año.
“Nuestro país se posiciona como el segundo con más consumo de soda en el mundo, detrás de Alemania”, cuenta Paula Vergagni Modern, Trade Sales Manager de Sodastream, la empresa que comercializa máquinas para hacer soda y agua de más de 100 sabores de manera casera.
A nivel interno, en el ranking de ciudades, hoy es Rosario quién lidera el consumo dentro de Santa Fe, la provincia más sodera y que es seguida por Córdoba y Mendoza.
La realidad es que hasta hace algunos años parecía que la soda iba camino a extinguirse. Pero gracias a la revalorización gastronómica de algunos clásicos, las pymes del rubro, además de pensar en productos nuevos para los distintos consumidores que van cambiando la metamorfosis del negocio, no pueden bajarse del barco de la tradicional bebida.
“Desde 1990 el consumo de soda había comenzado a bajar porque era visto como un acompañamiento del vino y ese hábito cambió. Sin embargo, en los últimos años, con la salida de nuevos aperitivos y tragos, la soda tuvo un boom y volvió a estar entre las bebidas más demandadas”, cuenta Facundo Dándolo, gerente de planta de Soda Estambul, la pyme santafesina con más de 75 años de historia en el rubro.
Si bien como bebida saludable el agua se lleva todos los premios, tomar soda es un excelente método de hidratación y por ende, un aliado del cuerpo.
En el caso particular de los rosarinos, no solo consumen soda para hidratarse con burbujas, sino también para prepararse un aperitivo o acompañar al vino.
Particularmente sobre el consumo de los santafesinos, el ingeniero industrial Facundo Falduto señala que de todos los productos que ofrece la pyme, la diferencia de elección está marcada por el envase. “A los jóvenes les gusta mucho el vidrio y en cuanto a la gente grande, el consumo más alto es la soda de dos litros para la mesa de la familia”.
Como la mayoría de los argentinos, el rosarino es un gran amante de la soda y la elige en varias ocasiones del día. Además del clásico consumo en bares, restaurantes y cafeterías, en el consumo doméstico, “notamos que están interesados en la tendencia de personalizar sus consumos y hábitos, de hacer la soda en casa y saborizarla”, indica Roberto Barrionuevo, TT Sales Manager de Soda Stream.
Según cuenta Federico Diaz, Bartender de Olympo Sky Bar, “los cócteles con soda que más se consumen en los bares son:
- El americano: vermut, campari y soda.
- Tom Collins: gin, limón, azúcar y soda.
- Vermouth con soda: vermut de preferencia y soda.
Consultado sobre cuál va a ser el cóctel con soda estrella durante la temporada de verano 2024-2025 cuenta que su carta de autor incluye “un Lychee de verano compuesto por vodka, licor de lychee, cordial de lima y top de soda”.
La soda y el gin, grandes aliados
Los santafesinos, no solo consumen soda para hidratarse, sino también para prepararse un aperitivo o acompañar al vino.
Los cócteles con soda más populares son el Tom Collins, el Mojito, el Spritz, el Gin Fizz, el clásico Vermut con soda, y en Argentina el Ferroviario. “Considerando el auge actual del gin, el Tom Collins tiene todo como para ser tendencia: es fácil de preparar, sus ingredientes se consiguen fácilmente y es fresco, suave y cítrico. Es un buen sustituto del gin tonic para quien no es amante de la tónica, o bien para variar un poco”, contó Franco Moretti, socio fundador de Destilería Moretti.
Preparar la soda en casa tiene también un beneficio sustentable. En el caso de las máquinas para hacerla en forma casera en el hogar, la nueva tendencia evita la utilización de más de 3.000 botellas plásticas descartables mediante la utilización de cilindros de gas posibilitando la reducción del uso de plásticos desechables y la huella de carbono que produce el traslado de sifones. Por su parte, la industria también ha tenido que adaptar sus prácticas a los estándares sustentables actuales.
“En el caso de la fabricación de agua y soda, la innovación está dada por la adquisición de maquinaria nueva que pueda hacer más eficiente ese proceso. En relación a su composición, el producto es siempre el mismo y lo que cambia es la manera de hacerlo. La innovación también está relacionada con la presentación del producto. En Soda Estambul estamos proyectando un nuevo envase: una botella de vidrio descartable que sin dudas será más amigable con el ambiente”, señaló el gerente de planta de la empresa.
La soda es una tradición que se mantiene y que evoluciona al ritmo de los consumidores. Es una costumbre muy arraigada en los argentinos que no pierde vigencia y si bien cambia la forma de consumirla, no deja de estar presente en la mesa de todos.
(Aire de Santa Fe).