Un incidente familiar culminó con un hombre herido de muerte. El autor llamó al 911, contó algo de lo sucedido y se dio a la fuga. Más tarde lo hallaron en casa de un amigo donde adujo desconocer lo sucedido, pero registros de su teléfono lo dejaron al descubierto.
La pelea entre dos hermanos en una vivienda de la ciudad correntina de Mercedes finalizó con uno de ellos herido mortalmente de una puñalada. Apenas después de ocurrir el incidente de sangre, el autor del crimen llamó al sistema de emergencias 911, dijo lo que había pasado y después escapó hacia la casa de un amigo.
La Policía concurrió al escenario de la pelea sangrienta, halló a la víctima todavía con algunos signos vitales tirada en el piso quejándose de dolor. En estado crítico ingresó al hospital donde al poco tiempo perdió la vida.
Los trabajos de búsqueda del homicida concluyeron horas después cuando fue ubicado en la vivienda de un allegado. En el lugar, en cambio, negó ser quien hizo la llamada y a la vez sostuvo desconocer sobre el incidente fatal.
Sin embargo, con el secuestro de su teléfono celular los efectivos junto a la Unidad Fiscal de Investigaciones Concretas habrían establecido que fue el aparato con el cual realizaron las dos llamadas a la fuerza de seguridad, en la que alertaba del caso y a la vez pedía ayuda.
De acuerdo a información conocida por diario época, el fratricidio ocurrió el martes a la noche en el interior de un domicilio de calle Caá Guazú al 1600, en el denominado barrio Bajo Las Flores.
La persona que sufrió una lesión punzo cortante fue identificada como Héctor Osvaldo Quintana, alias “Japo”, de 56 años.
En tanto, bajo la acusación de cometer el delito resultó detenido Ramón Aroldo Quintana, de 58 años.
Alrededor de las 20:30, una primera llamada al sistema integral de emergencias 911 pedía presencia policial para la vivienda donde hubo “una pelea”.
Una segunda comunicación fue un poco más relevante. “Vengan porque hay uno hincado, tuvimos una pelea y lo hinqué (sic)”, decía la persona que cortó la llamada tras revelar la dirección.
Autoridades de la comisaría seccional Primera salieron hacia el lugar mencionado. Apenas llegaron observaron que las puertas y ventanas de la casa estaban cerradas.
Por ello consultaron a los vecinos y en presencia de una de estas personas, quien ofició de testigo en el proceder policial, abrieron la puerta ya que nadie respondía.
Después de ingresar dos policías notaron la presencia de un hombre tendido en el suelo, quejándose y empapado en su propia sangre. Nadie más estaba en el inmueble.
Sin perder tiempo dieron intervención a personal sanitario. Con los primeros auxilios trasladaron a “Japo” rumbo al hospital. En el establecimiento pasaron unos pocos minutos hasta que los médicos constataron el fallecimiento del paciente producto de una puñalada en el tórax.
La situación fue informada a un hermano de ambos hombres. Ese familiar dijo que víctima y victimario convivían en la casa donde ocurrió la agresión con arma blanca.
La búsqueda de Ramón se extendió a distintos sectores de la ciudad. Hasta que al final dieron con su paradero en el domicilio de un mecánico amigo.
Sin ofrecer resistencia, el hombre se puso a disposición de la Policía. Sin embargo, en un primer momento sostuvo desconocer sobre las llamadas en pedido de auxilio, en las que él reconocía ser el autor del ataque sufrido por su hermano.
Más allá del intento de desligarse del ilícito quedó detenido en forma inmediata. Su teléfono celular fue secuestrado en el procedimiento supervisado por el fiscal Adrián Casarrubia.
Los análisis preliminares en el aparato de comunicación no dejarían lugar a dudas: fue el teléfono desde el cual hicieron las dos llamadas para avisar del crimen.
La causa fue caratulada como un “homicidio simple”.
(Radio Dos).