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Tercer día de paro de Colectivos en Paraná: No hay plata para los choferes y los vecinos siguen sin el servicio de transporte

El tercer día de huelga de choferes de colectivos pasó sin pena, gloria ni novedades este jueves, al no aparecer la plata que, según denunció la UTA, les debe Buses Paraná a sus empleados.

La mala costumbre de vivir sin transporte público en un Área Metropolitana de más de 300.000 habitantes regresó esta semana a la capital y sus localidades vecinas con un nuevo paro de colectiveros debido a un nuevo atraso salarial de las empresas concesionarias.

La huelga comenzó el martes por la tarde. El gremio de los choferes informó que una audiencia en la Secretaría de Trabajo con las empresas concesionarias del transporte urbano de la ciudad y su Área Metropolitana había finalizado sin acuerdo y activó el paro.

La medida de fuerza es parcial. Los colectivos circulan de 5 a 7 de la mañana y se estacionan durante tres horas en la cabecera de cada una de las más de 20 líneas. A las 10 vuelven a salir y andan hasta las 18, cuando repiten el parate. A las 21 se reactiva el servicio hasta el final de los recorridos, por lo general entre las 0 y la 1.

Así disfunciona el transporte urbano de Paraná, San Benito, Oro Verde, Colonia Avellaneda y otros pueblos de la zona desde el martes por la tarde y todo indica que este viernes se reiterará el esquema. Si el último día hábil transcurre al igual que las últimas 72 horas, los paranaenses que dependen de los colectivos para trasladarse deberán soportar una vez más un fin de semana de complicaciones.

Sin noticias en la UTA

UNO consultó este jueves por la tarde a la UTA en busca de noticias que permitan ilusionar a los usuarios pero la respuesta fue negativa. Nada cambió a lo largo de la jornada.

Mientras tanto, Buses Paraná (que junta a ERSA y Mariano Moreno) versiona simplemente que el sindicato miente y que no les deben plata a los choferes.

En cambio, el gremio denuncia que permanece impago un bono de $500.000 a pagar en dos cuotas de $250.000 que se había pactado en paritarias en mayo pasado. Según los dirigentes colectiveros, la empresa debía fijar una fecha de pago y liquidar el dinero a los empleados, pero no hizo una cosa ni la otra.

Mientras tanto, apareció y se esfumó sin lograr ningún efecto la conciliación obligatoria que dictó la Secretaría de Trabajo de la provincia, que pretendía que los trabajadores levanten el paro, se abstengan de volver a la huelga por dos semanas, y se sienten con los empresarios a negociar recién el 1° de agosto.

La UTA recordó que el motivo de la medida de fuerza es una deuda salarial por parte de sus empleadores, por lo que no están obligados a cumplir la conciliación.

En ocasiones anteriores, luego de días e incluso semanas de paro han aparecido fondos de los gobiernos provincial o municipal que auxiliaron a los privados y permitieron destrabar el conflicto y que vuelvan a rodar las unidades por la ciudad. Es la esperanza de los miles de usuarios que quedaron “a pata” esta semana, por enésima vez en los últimos años.

(Diario Uno).

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