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En Corrientes el precio del gas en garrafa de 10 kg trepó de $4.000 a $12.000

El gas en garrafa dejó de ser un elemento indispensable para los hogares correntinos para transformarse casi en un bien suntuario. Son muy pocos los vecinos que podrán pagar aumentos que superan los 150 por ciento por una garrafa de gas de 10 kilos.
En los últimos días de diciembre se había anunciado que era inminente un incremento debido a las desregulaciones, la quita de subsidios y la inflación que golpea a la economía argentina. Es así que ayer, en el primer día hábil del año los comerciantes ya anunciaron un importante incremento, que podría superar incluso el 100% y llegar hasta el 150%, pero más allá de los anuncios, la realidad que se advirtió desde temprano en esta Capital fue otra.

En las plantas envasadoras de gas en garrafa, se fueron formando extensas filas de personas paradas junto a su tubo de 10 kilos, esperando a ser atendidos, y poder comprar, todavía, la garrafa a 4.000 pesos. Tal fue el caso de Hipergas. No obstante, allí habían anunciado a los que se habían hecho presente que tendrían que esperar unas tres horas antes de ser atendidos.

En paralelo, en la planta de Amarilla Gas, un cartel indicaba que la misma garrafa de 10 kilos ya se vendía en ese lugar a 8.000 pesos. Y el mismo precio indicaba el cartel en la planta de YPF.
En una recorrida de este diario por distintos locales de barrio que suelen tener a la venta, los precios trepaban entre los $6.800 y $8.000. Pero también hubo algunos que directamente remarcaron a 12 mil pesos. 
La distribución en tanto quedó en un promedio de 10.500 u 11.000 pesos según la marca. 
A principios de diciembre el tubo de 10 kilos se conseguía a un precio de $3.000 y $3.300, con los valores que se podían escuchar ayer, se puede hablar de incrementos aplicados del orden del 142% al 263% e incluso más. 

De hecho en muchas pizarras donde se anunciaba la venta de gas en garrafa en los barrios fue muy común advertir que el espacio del precio permaneció vacío. Hubo casos también en los que los comerciantes prefirieron decir que no tenían garrafas cargadas y que estaban a la espera del camión distribuidor que les bajaría los tubos llenos con los nuevos precios ya vigentes. 

Según habían explicado los distribuidores la semana pasada, este incremento desmesurado de los precios que se esperaba y que finalmente se aplicaron desde ayer, tiene que ver con la desregulación. “La comercialización del GLP butano, que es el producto que normalmente se fracciona en garrafa de 10 kilogramos, estaba regulada por el Estado nacional y había un fuerte componente de subsidio en el precio”. Como “la nueva gestión apunta a la desregulación y la liberación de precios, el mercado va camino a una actualización sin tope previsto”. Aunque ello no explicaría la amplia especulación que se registra desde ayer, con precios tan disímiles. (Diario Norte).

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