Un grupo de vecinos de barrio Antártida Argentina viven al borde de la barranca, entre la basura, la postergación crónica y el abandono. Son unas seis familias las que lidian cotidianamente con el peligro de que el movimiento de suelo los deje sin vivienda, porque están al borde del precipicio. No siempre fue así, pero con los años, la barranca se fue carcomiendo y hoy ya no hay margen. En noches lluviosas los habitantes de ese sector de Paraná no duermen, están expectantes de lo que pueda suceder con sus casas, algunas de material, la mayoría de chapas y nylon aprisionadas con cubiertas. Lo que las familias aguardan es una obra de contención que frene definitivamente lo que hoy parece inevitable, o que les entreguen una vivienda en otro sector, pero no alejado, ya que ellos trabajan en el volcadero municipal, a escasos metros del lugar, o viven del cirujeo y aseguran que necesitan quedarse en la zona para continuar con su rutina en torno a la basura.
Foto UNO/Juan Ignacio Pereira
UNO recorrió las calles del barrio Antártida Argentina. A la inseguridad constante de caer por la barranca se suma la precariedad en toda su magnitud, con la falta de servicios básicos. La jurisdicción de la comisión vecinal comprende calles República de Siria, Segundo Sombra, Base Alferez Sobral y zona de barrancas. En las inmediaciones se encuentran los barrios San Martín, Balbi, Barranquitas y La Floresta. La pobreza, el humo y la contaminación del lugar angustia, y la presencia de chicos y adolescentes deambulando por las calles y pasillos interpela.
Una manguera con agua para 15 familias
Hugo Altamirano vive en la zona desde hace muchísimos años y tuvo varios períodos como presidente de la comisión vecinal de la zona. Por cuestiones de salud, hace un tiempo debió retirarse un poco de las actividades barriales, pero ahora como vecino autoconvocado colabora con las gestiones ante la municipalidad, aunque desde afuera de la comisión vecinal.
En diálogo con UNO contó que unas 15 familias que viven en la zona de barrancas y calle Piloto Ramírez tienen una sola manguera para abastecerse de agua potable y no les alcanza. Lo que ya solicitaron los vecinos es una extensión de cañerías que permita que el elemento vital llegue a cada uno de los hogares, lo cual implica una mejor calidad de vida para todos los involucrados.
“Los políticos no llegan hasta acá. Yo lo felicito al actual intendente y candidato a gobernador, Adan Bahl, por todo lo hecho sobre todo en la zona céntrica y en otros barrios, pero acá no llega nadie, estamos completamente abandonados y es necesario que se dediquen a visitar las barriadas y conocer de cerca las necesidades de cada una”, indicó el consultado.
En este sentido, hizo referencia a las consecuencias que se generan en distintas viviendas muy precarias de la zona, con cada lluvia: “Se sabe que los vecinos pierden gran parte de lo que tienen con cada lluvia y que las viviendas se les arruinan, pero para que les lleve chapas o nylon para reconstruir los techos, tienen que hacer un ´curso´(dijo en relación a lo dificultoso no sólo del trámite, sino a que se le de curso)”, sostuvo Altamirano.
Las calles de ingreso, sin asfaltar
Otro de los pedidos que realizan tanto la comisión vecinal de barrio Antártida Argentina como vecinos autonconvocados es el de asfaltar las calles de acceso al barrio, que son El Resero, desde República de Siria a Islas Orcadas del Sur y Base Alferez Sobral, desde República de Siria a Islas Orcadas del Sur. “Están intransitables y se dificulta mucho el ingreso ya sea de la policía, y perjudica la seguridad de los vecinos, pero también la entrada de las ambulancias ante un caso de urgencia”, explicó Altamirano.
También habló de una tapa de registro que está en Base Esperanza y El Resero: “Hace años que reclamamos que sea reparada, pero sin resultados positivos”, lamentó. (Diario Uno).