Los correntinos quedaron sorprendidos, cuando a última hora de la tarde de ayer, se conoció el pedido formal de un aumento del boleto del transporte urbano de pasajeros con incrementos que superan ampliamente el 250 por ciento a la tarifa actual.
En un contexto inflacionario que golpea a los usuarios y en una connivencia que cada vez es más difícil de esconder, empresarios y concejales se aprestan a aumentar la tarifa del transporte público de pasajeros, que en el mejor de los casos se trataría de un monto que supera el cien por ciento, lo cual diluye cualquiera de los aumentos otorgados a los trabajadores. Un verdadero “premio” a los recientes cinco días de paro de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) que perjudicaron como siempre a quienes utilizan el servicio de colectivos urbano.
En pleno receso administrativo, se reunieron ayer los integrantes del Sistema Integrado de Movilidad Urbana (Simu), el único organismo municipal que está habilitada para analizar y tratar los temas relacionados exclusivamente al transporte capitalino. El Simu está conformado por funcionarios de al Secretaría de Transporte municipal, por dos concejales capitalinos, por representantes del sector empresario y de la UTA. Llamativamente los usuarios, que son quienes usan, pagan y padecen el servicio, no tienen representación, más que a través de los ediles.
La reunión de ayer se concretó por una expresa solicitud empresaria para presentar un pedido actualización de la tarifa. Acompañado por un estudio de costos, las dos empresas (Ersa y Transporte Miramar) que concentran la concesión de todas las líneas urbanas de colectivos, expusieron la necesidad de aumentar el boleto. Es decir, pasar de $96,50 que entró en vigencia el 9 de enero de este año, a $360,73. Es decir más del 273 por ciento. Por su parte, la Secretaría de Hacienda del Municipio también tenía listo un estudio de costos y también una propuesta de aumento del boleto, que sugiere elevar al tarifa plana del transporte urbano a $204, es decir, más del 111 por ciento.
Pese a la sorpresa que se generó que en plenas vacaciones de invierno y transcurridos seis meses del último incremento, desde abril pasado, cuando comenzaron las medidas de fuerza de la UTA a nivel nacional y también a nivel local por la actualización de la escala salarial, se veía venir el planteo de un aumento de tarifa.
De hecho, la Federación Argentina de Transportadores por Automotor de Pasajeros (Fatap) que nuclea a los empresarios del interior del país, se negó acordar y equiparar la escala salarial de los choferes a lo que cobran en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba). De hecho, a finales de abril ya habían mencionado que los subsidios y no alcanzan para pagar y plantearon la necesidad que se aumentara las tarifas. Parece que ya en ese momento, comenzaron a elaborar los pedidos que se presentaron ayer en Corrientes.
A menos de cumplirse una semana del paro más extenso que registró esta Capital, y durante el que los miles de usuarios del transporte quedaron de a pie, sin que el Municipio y los concejales hicieran algo para garantizar la prestación básica de un servicio que se dice público, ayer se apresuraron a hacer público el pedido de aumento.
Con un boleto actual de 96,50 pesos, Corrientes tiene una de las tarifas más caras del país, y aún así y con los subsidios nacionales, provinciales y municipales que se giran a las cuentas empresarias, continúan reclamando más, pese al perjuicio que significa para las economías familias de miles de usuarios correntinos. La última vez que se votó un aumento del concejal del Partido Nuevo, Esteban “Toto” Ibáñez, se abstuvo de votar un incremento que fuera en contra del bienestar de los correntinos.
(Diario Norte).