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Falleció Francisco Sarasúa, el último obrero correntino del puente Gral. Belgrano

El tan conocido y mencio­nado dicho “El hombre pro­pone y Dios dispone”, inspi­rado en una cita de la Biblia (Proverbios 16:9): “El hombre dispone su camino, pero al Señor corresponde disponer sus pasos”, bien puede ser aplicado en esta ocasión, a propósito de una triste no­ticia, que pasó bastante des­apercibida, pero que bien corresponde rescatarla. El jueves último, 6 de abril, fa­lleció a los 72 años Francisco Sarasúa. Tal vez el nombre no suene demasiado para mu­chos correntinos, pero él era el último obrero correntino que trabajó en la construc­ción del puente interprovin­cial Genera Belgrano. El úni­co protagonista correntino con vida que podía relatar, brindar detalles de lo que fue levantar sobre el río Paraná esa megaobra de ingeniería que unió a Corrientes con el Chaco.

Nancy Sarasúa, su hija y autora del libro “Historia del puente General Belgra­no”, comentó a NORTE de Corrientes que a principios de este año se le diagnosticó cáncer de colon y en cuatro meses la enfermedad se lo llevó. Quedó trunco el an­helo de Francisco de poder celebrar el 50 aniversario de su querido puente e inclusive llegar a presenciar los inicios de la obra del segundo via­ducto. 

“No se quería cortar el ca­bello, porque decía que para el aniversario 50 del puente, lo iban a entrevistar, y quería tener pelo… Amó al puente hasta lo último”. Sarasúa an­helaba algo pero Dios dispu­so otra cosa. Fue el más joven de todos los obreros que tra­bajaron en la edificación del puente, entre 1968 y la inau­guración en 1973.

“Tenía sólo 21 años cuan­do entró a trabajar. Él veía el refucilo de las soldaduras del lado chaqueño, preguntó y averiguó con su padrino que tenía un contacto con la em­presa constructora y fue así que ingresó a trabajar como ayudante de maquinista. Ma­nejaba la pluma que levanta­ba y trasladaba bloques de un lado al otro. Aprendió obser­vando; un día que el maqui­nista titular se descompuso le preguntaron si se animaba a manejarla; fue así como se quedó allí por más de cuatro años”, cuenta Nancy. Esa ex­periencia marcó su vida y le permitió trabajar en la cons­trucción de las 536 viviendas, las del Ex Aero Club y las de Laguna Seca del Invico, en construcción de caminos y rutas para Vialidad Nacional, donde se jubiló.

“Ahora construye puentes en las nubes. Descansa en paz héroe del puente Belgrano”, señaló su hija y seguramen­te es así. En exactamente un mes, el 10 de mayo, cuando el puente celebre sus 50 años de vida, la familia llevará sus cenizas al puente, ese fue su último deseo. Q.E.P.D. (Diario Norte).

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